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Madre denuncia exclusión escolar de su hijo autista en Cuba


Yislainet Lara Apezteguia y su hijo
Yislainet Lara Apezteguia y su hijo

La historia de Félix Berto Fernández Lara, un niño de seis años con autismo severo en Cuba, pone en evidencia las limitaciones del sistema educativo inclusivo en la isla.

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Aunque el régimen se ufana de que, en Cuba, la atención a niños autistas es una prioridad de los sistemas de salud y educación que buscan la inclusión social y educativa, a Félix Berto Fernández Lara, de seis años, no le permiten asistir a la escuela, según relató a Martí Noticias, la madre, Yislainet Lara Apezteguia.

“Él terminó en junio su grado de Preescolar y concluyó en dos escuelas porque su atención era combinada: asistía tres días a la escuela de autismo y dos días de la semana a la escuela de lenguaje", explicó la mujer.

La atención a los menores autistas se articula entre el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Educación, con el apoyo de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y otras entidades de Naciones Unidas.

“Lo que está pasando, en estos momentos, es que el Ministerio de Educación le está negando la posibilidad al niño de estar ubicado en una escuela. Lo que dice es que a los niños que tienen diagnóstico severo de autismo, ellos no los escolarizan, sino que se los entregan a Salud. Tienen eso como norma, pero deberían tenerlo como una alternativa porque cualquiera que fuera su nivel, todo niño tiene derecho a estar en una escuela. No es lo mismo el derecho a estar en un aula al derecho de ser escolarizado”, recalcó Lara Apezteguia.

El Trastorno del Espectro Autista nivel 3 requiere apoyo constante para la interacción social y las actividades diarias, lo que limita la autonomía del que lo padece.

Para rebatir la decisión del órgano de Educación, Lara Apezteguia acudió a varias instancias estatales: el Consejo de Estado, Atención a la Población del MININT (Ministerio del Interior). No obtuvo respuesta.

Mi finalidad es "que él reciba una atención lo más completa posible, la que él ha recibido hasta ahora, donde esté su guagua, su ‘seño’, su transporte, que esté con sus iguales, que esté socializando fuera de la casa. ¡A él le encanta eso!”, asevera la madre.

Martí Noticias trató de obtener más información a través de una llamada telefónica a la agencia de la ONU dedicada a proteger los derechos de los niños y adolescentes, destacada en La Habana, pero la recepcionista contestó que no se atendía al público ni a la prensa sin previa cita.

En una entrevista con el oficial Canal Caribe, la psicopedagoga Lisbeth Rizo indicó que en la Isla se impulsa la educación inclusiva, o sea que los niños con esta condición se formen en la enseñanza regular.

Aun funcionan en La Habana, escuelas dedicadas a atender el TEA (Trastornos del espectro autista) como la Escuela Especial Dora Alonso, para infantes hasta seis años, y la José Manuel Lazo de la Vega, para personas desde primer grado hasta los 18 años.

También se han establecido escuelas especiales en otras provincias como Pinar del Río, Santiago de Cuba y Guantánamo.

La madre insistió en que la obligatoriedad de que el niño con autismo severo sea atendido totalmente por el Ministerio de Salud Pública va en contra de lo que las autoridades cubanas divulgan: que todo niño tiene derecho a la educación.

“Entregárselo a Salud es para qué lo atienda con su equipo, dígase defectólogos, psicólogos, especialistas, pero ahí lo que va a recibir es atención para que él aprenda solamente autovalidismo y socialización y, por supuesto, no termina con ningún grado de escolarización, se reduce su socialización”.

La posibilidad de asistir a una escuela le aportará a su hijo una atención más completa, porque además de las asignaturas correspondientes a la enseñanza general, “enseñan autovalidismo e independencia”, también.

Comentarios en las redes sociales enfatizan que en la práctica se dificulta la atención de los especialistas diezmados por la emigración y la realización de test que cada año se obstaculizan más ante la rotura de los equipos médicos.

Tampoco hay docentes preparados en las escuelas del Sistema de Educación para vincularse directa y exclusivamente con los niños y adolescentes autistas y las aulas, que deben tener un máximo de entre cinco y seis niños, están sobrepobladas.

“El círculo infantil o la escuela se convierten en un lugar donde el niño autista acude para que los padres trabajen o para relacionarse con otros niños neurotípicos, pero no recibe atención especializada que le favorezca en su desarrollo cognitivo y conductual”, afirmó, recientemente, a Diario de Cuba, la madre de una niña autista.

Al respecto, Lara Apezteguia respondió que, aunque la escuela ofrece a los padres la posibilidad de trabajar, no se trata solo de eso, sino que le permite al niño relacionarse con sus iguales, estimularse, convivir con otra voz, de mando además de una enseñanza más integral.

El Objetivo de Desarrollo de la Agenda 2030 número 4, relativo a la educación, tiene entre sus metas asegurar el acceso igualitario a los diferentes niveles de enseñanza de todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad o niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad.

En las instituciones del Ministerio de Salud Pública, adonde, de acuerdo a la normativa vigente, asistiría Félix Berto cuando cumpla los ocho años, “no tienen el recurso disponible. Se están preparando otras aulas porque ya había demasiados niños, pero tenían que terminar esas aulas para ingresar otros niños que están en una lista de espera”.

Las más recientes cifras oficiales correspondientes al cierre de 2020, muestran que, en Cuba, la prevalencia del autismo se estima en 0,4 por cada 10.000 personas, una tasa significativamente menor que las tasas globales.

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    Yolanda Huerga

    Yolanda Huerga nació en Bayamo, Granma, Cuba. Se graduó en Filología y Lingüística en la Universidad de Oriente en 1989. Durante casi 20 años trabajó en el sistema de bibliotecas públicas de la isla. En 2003, fundó junto a otras mujeres el movimiento Damas de Blanco, organización que recibió en 2005 el Premio a la Libertad de Conciencia Andrei Sakharov del Parlamento Europeo. En 2005 viajó a Estados Unidos junto su hijo y su esposo, el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años durante la Primavera Negra de Cuba. Desde 2008 trabaja en Miami, en la Oficina de Transmisiones a Cuba, como periodista de Radio Martí. Recibió en 2021 el Premio Burke a la Excelencia Periodística que otorga la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales.

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